¿Te lo has pasado bien?

Durante estos días cientos, miles, incluso millones de personas, viven pendientes de la cita futbolística cuatrienal que en esta ocasión se celebra en Sudáfrica. Hombres y mujeres de razas, culturas, tradiciones, intereses y precupaciones tan diferentes convergen en su interés por los acontecimientos que en este mundial tienen lugar. Acontecimientos que además de por los intereses económicos y políticos que rigen el destino de este espectáculo, estarán marcados principalmente por el triunfo de unos y el fracaso de otros, la victoria o la derrota, el éxito o la decepción. Éste será el mensaje que durante estos días calará en la mayoría de la joven población, el mensaje que se deducirá de los cientos de artículos de los periodistas , de entre las miles de conversaciones entre anónimos, de entre de las decenas de ruedas de prensa de los protagonistas.

Una tarde, estando en casa de una amiga llegó su sobrina, debe tener 10 ó 12 años, de jugar un partido de baloncesto. Entonces su tía le preguntó: - ¿De dónde vienes? - De jugar un partido- contestó la joven. Supongo que inconscientemente, mi cabeza esperaba la siguiente y obligada pregunta, la de... ¿habéis ganado? Sin embargo mi amiga le preguntó: -¿Te lo has pasado bien? No recuerdo que contestó la pequeña, pero si percibí que ese era el tono habitual con el que la familia medía las competiciones deportivas. Concluyo que si finalmente esta joven deportista consigue aislarse de la vorágine de competitividad resultadista que nos invade en el ámbito deportivo y en otros ámbitos sociales, seguro disfrutará mucho más mientras su objetivo sea el de jugar y no el de ganar. Porque en la vida se juega más que se gana, incluso a veces, se pierde más que se juega.