miércoles, 10 de marzo de 2010

Mi madre nos hacía bocadillos de pan para ir al colegio, pero de pan pan.

Recuerdo que mi madre nos hacía bocadillos de pan para ir al colegio, y que eso era lo que llevaban para el desayuno de media mañana la mayoría de mis compañeros. Recuerdo que mi madre nos recogía del colegio o nos esperaba en casa. Recuerdo como se ocupaba de nosotros, nos daba la merienda, nos ponía a hacer los deberes, nos daba un baño,... Llegaban los fines de semana y nos íbamos al campo, a la plaza, ...
En aquel entonces, como norma general, las familias tenían claro el significado de tener hijos, y aunque probablemente ni habían estudiado tanto, ni estaban tan preparadas intelectualmente como las generaciones siguientes, tenían algo que se está perdiendo casi por completo en lo que se refiere al ambiente familiar: el sentido común y un innegable instinto maternal que casi siempre acertaba con lo que era mejor para sus hijos.
Actualmente la estructura familiar es muy distinta. Diría que se ha perdido el sentido común y desde luego el instinto maternal se reduce a la crianza en el sentido más primitivo de la palabra. No se le dedica a los hijos lo más preciado que tenemos, el tiempo. Consecuentemente se intentan suplir todas las carencias que surgen por la falta de esta dedicación otorgando a los niños toda una sucesión de bienes materiales que no hacen otra cosa si no crear en nuestros hijos un bienestar superficial.
Se ha sustituido el bocadillo de pan por el bollo que el niño elija, de la educación que se encaguen en el colegio, para jugar...que jueguen con la videoconsola, y el fin de semana ven con papa a ver como juega al padel o con mamá a hacer la compra al centro comercial.
Ser padre es un sacrificio, pero empiezo a pensar que ser hijo puede serlo hoy día aún más. No se trata de dar a nuestros hijos lo que ellos quieran, si no de darles lo que necesitan, y además, reconozcamoslo, no hay nada mejor que un bocadillo de pan para merendar, pero de pan pan.

3 comentarios:

  1. Unoquepasabaporallí12 de marzo de 2010, 2:18

    Totalmente de acuerdo contigo,Panderetero. En aquellos días yo estaba cerca de ti y de tu madre. ¡Que MUJER! Todo cuanto bueno se diga de ella será poco: su sentido común, su instinto maternal, su dedicación a la familia, su fuerza,su capacidad para multiplicar un salario ajustado, su entrega sin medida, su saber estar,
    sus silencios...¡Inigualable! Y todo sin darle importancia, sin pedir nada a cambio.¡Viva la madre que te parió!




















    m

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  2. Cuánta razón tienes "Pandereto", lástima que a la velocidad a la que vivimos, muchos ni nos demos cuenta de lo que significa ese cambio de épocas que vivimos.

    Ah, por cierto, y el pan-pan se pedía así: ¡Deme 2 pistolas!

    Besos, en especial a la del cumpleaños... ups!

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  3. Te recuerdo, los domingos por la mañana, todavía muy pequeño, cuando bajabas a la panadería que teníamos al lado del portal de casa. Comprabas el pan y... por ser festivo, algún "lujo" para desayunar. La panadera se sorprendía y sonreía porque te adelantabas y tu solito echabas la cuenta,pagabas y subías a despertarnos. En aquellos años, los niños podían bajar solos a la calle, hacían recados, manejaban sus pesetillas para chuches y desayunaban, comían y cenaban en familia. Te recuerdo...

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