sábado, 3 de marzo de 2012

Pies descalzos.

Rozo tus pies descalzos con los míos.
Como a lo lejos, unos pequeños pasos. Pies descalzos. Se acercan, rodean la cama. El lado derecho es el más franqueable. Después, un pequeño y suave beso, anticipado tributo a la ocupación.
Los segundos pasos, también descalzos, no tardarán en llegar. Estos ya no tributan, por antigüedad.
Los cuatro, juntos, eternos...
Lapso matinal que unos sábados dura más y otros menos, dependiendo del tiempo que contengamos la algarabía. Algarabía para despertar. Algarabía para soñar.

1 comentario:

  1. Lo leí hace unos días. Es precioso. Los pequeños pies descalzos mueven el mundo, sin duda.

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